Contacto

Ponte en contacto conmigo: diariodeundramaanunciado@gmail.com

miércoles, 8 de agosto de 2012

Fastern your seat belts.

Esperarán que actualices el blog con asiduidad, me dijo. Pues lo llevan crudo.

A mí eso de ser constante se me da fatal. Me agobia la rutina y me agobian las obligaciones. Y lo que más me agobia de todo es saber que tengo escribir pero no tener ni idea de sobre qué.

Se dice que cuando mejor escribe uno es cuando está jodido. No lo voy a negar. Pasas por una mala racha -si es sentimental ya lo has clavao- y se te agolpan en las yemas de los dedos las cosas sobre las que escribir. Estás bien y se acabó lo que se daba, ni una sola idea en la mente.

No es que yo esté en mi mejor momento ahora, nada más lejos. Pero tengo el piloto automático conectado. Así me va, por otro lado.
Cuando conecto el autopilot dejo de pensar. Vivo y me dejo llevar. Me dejo llevar, me dejo llevar... Tú me das la mano y yo la cojo y te sigo, sé que me meterás en un lío, sé que esto no puede acabar bien... pero no estoy pensando, ahora no puedo pensar. De modo que sencillamente dejo que me agarres por la muñeca y me lleves donde quieras. Lo de menos es el sitio, tú mandas.

No siento nada. No hago nada. Te dejo a ti.

Pero algún día tendré que volver. Para aterrizar hay que tomar los mandos, el avión no aterriza solo. Miedo me da lo que vaya a pasar cuando tenga que volver a sentarme en la cabina, abrir los ojos y ponerme yo al mando.
O no. En realidad ahora mismo no me da miedo porque como ya te he dicho, no estoy pensando, no estoy sintiendo. Me he desentendido de mí misma y sigo tu estela.

Lo que pasa es que puede que las cosas no sean tan bonitas como te las pintan. O como tú las recuerdas, si es que recuerdas algo, que tampoco lo tengo claro. Lo que pasa es que puede que haya algún imprevisto mientras el avión se mantiene solo y que acabemos estrellándonos.
Lo que pasa es que verás, yo casi siempre me estrello. Y me estrello sola, nadie cae conmigo.

No sé qué rumbo ha tomado este avión, no sé si llevo paracaídas, no sé dónde voy a caer si es que caigo.

Tal vez debiera de aterrizar ahora que aún estoy a tiempo.

Lo que pasa es que eso sería demasiado fácil y yo nunca escojo el camino fácil.


... Y así me va, por otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario