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lunes, 31 de octubre de 2011

Entrevista a Lucía Etxebarria.

Con ocasión del lanzamiento de su nuevo libro, El contenido del silencio, del que ya hice un intento de review unos cuantos posts más atrás, Lucía ha dado la oportunidad a quien tenga un blog temático de hacerle unas preguntas y obviamente participé, ¿quién dejaría escapar la ocasión de entrevistar a un escritor que admira y cuya obra ha leido en su totalidad?
Aquí os dejo con la mini entrevista, espero que la disfrutéis tanto como yo :)

1. Amada u odiada, nunca dejas a nadie indiferente, ¿qué opinión te merecen esas personas que nunca han leido nada tuyo y se niegan a hacerlo pero aún así te critican? ¿Intentarías convencerles de que abriesen uno de tus libros para ora criticarte con conocimiento de causa, ora cambiar su opinión sobre tus obras?

No, no perdería el tiempo. La gente que se abalanza a criticar a gente que no conoce suele tener problemas de proyección muy serios, no es fácil convencerles de nada. Creo que ese tipo de gente lo que necesita de verdad es un terapeuta que les enseñe a mirar en su interior. Critican lo desconocido por miedo, y por complejo de inferioridad (muy relacionado con ese miedo)


2. En tus libros sueles describir a personajes fuertes pero vulnerables en su interior, ¿con qué personaje de tu última novela, El contenido del silencio te identificas más?

Me gustaría decir que con Helena, porque es el personaje más admirable de todos, y la persona que yo querría ser de mayor :-) Pero me temo que más bien con Gabriel


3. También sueles abordar el tema de amores difíciles de aceptar, especialmente en tu último libro, ¿has experimentado algún amor politicamente incorrecto que nadie, ni siquiera tus amigos más íntimos hayan sido capaces de comprender?

¿Y quién no? Creo que mis amigos tenían toda la razón en no comprenderlo y además ahora, desde mi perspectiva actual, no lo llamaría siquiera "amor". Más bien una relación catastrófica. Todos mis amigos me decían que lo dejara, y tenían toda la razón. Era más bien una adicción que un amor.


4. Esta obra te ha llevado un gran trabajo de investigación e inspección de los escenarios, ¿qué se siente al ponerle el punto y final a un trabajo que te ha costado tanto esfuerzo y ha quedado tan bien, queda cierta sensación de vacío, tal vez?

No, qué va... Alivio, sobre todo. Y por una vez, satisfacción. Antes era una persona crónicamente insegura y nunca estaba contenta con lo que hacía. No digo que ahora sea yo el epítome de la salud mental, pero he madurado un poco y he aprendido a valorarme a mí misma . Lo triste es que socialmente lo que está bien visto es la modestia, sobre todo entre las mujeres. Es decir que te enseñan a no reconocer tus propios logros. Pero esa actitud es muy autodestructiva. Así que ahora lo digo bien alto : ¡ mi novela es buenísima y me sentí feliz cuando la acabé! ;-)


5. La Extebarria y los animales ¿qué lugar tienen estos en tu vida y qué opinas de las leyes de protección animal?

Las Leyes de Protección Animal en España no protegen a nadie. Se tolera el abandono y el maltrato (en teoría se multan estos comportamientos, pero con multas de un montante ridículo que en la práctica no se aplican) , se permite el maltrato en festejos populares, las corridas de toros se subvencionan con dinero pagado de nuestros impuestos... Y para colmo ahora te multan si das de comer a un animal callejero. Es una vergüenza, tenemos la ley de ¿protección? animal más retrógrada de toda la UE


6. La crísis alcanza al mundo literario, ¿qué propones o qué haces tú para levantar este sector?

Que lo proponga un directivo o un político, yo bastante tengo con lo mío, que diría Chus Lampreave. :-) En serio, no tengo ni idea. Creo que la salvación estaría en el libro digital vendido a precios razonables, no como ahora, y en hacer campañas de concienciación muy serias para que la gente deje de piratear. Si piratean libros los escritores ya no podremos vivir de la literatura, y como tendremos que trabajar en otra cosa para vivir, ya no tendremos tiempo para escribir.


7. ¿Qué cosas suscitan a día de hoy la curiosidad de Lucía Extebarria?

Las redes sociales y la vida privada de Clive Owen



8. Con la proliferación de los blogs y la salida de tu nuevo libro estás apareciendo en multitud de ellos, más allá de lo que en ellos se escribe sobre ti, ¿lees lo que el dueño escribe en el resto de entradas? ¿Eres seguidora de algún blog, recomendarías que le echásemos un vistazo a alguno?

Leo sobre todo blogs animalitas y soy una gran fan de El Mundo Today, lo leo a diario.


9. Siguiendo con el tema blog, ¿te importa que haya adaptado el título de una de tus novelas para el mío o que otra gente utilice otros títulos tuyos en sus blogs?

Me lo tomo como homenaje y gran honor (nota de la del blog: ¡uf, menos mal! Qué alivio...)



10. No sueles tener pelos en la lengua, no obstante ¿vales también más por lo que callas que por lo que dices o siempre, sin excepción, te expresas libremente sin importarte el qué dirán?

Tú y yo, cualquiera, valemos más por lo que callamos por lo que decimos. Normalmente lo más valioso es lo que se guarda en secreto, ése es precisamente el tema de El contenido del silencio.





En la siguiente entrada comentaré esta entrevista ya que no podría estar más de acuerdo con algunas de las cosas que explica Lucía y creo que merece la pena analizarlas :)

De momento ¡no dejéis de disfrutar de El contenido del silencio o de salir a comprarlo si aún no lo tenéis!




PD nada relacionada con el post: He visto que una de las fuentes de tráfico más comunes para llegar a mi blog son los términos de búsqueda Orfidal Gatos en Google.
Queridos amigos, no seas bestias. No se le da Orfidal a un animal salvo que el veterinario así os lo indique, lo más probable es que haya una versión del Orfidal adaptada al mundo animal y desde luego que la dósis va en función del animal, su peso, edad y estado de salud general (como en cualquier humano pero con más precaución aún si cabe). Si le dais Orfidal a un gato os lo podéis cargar así que no hagais experimentos raros y si vuestra mascota está alterada o raruna llevadla al veterinario. No seáis so brutos, por favor. Llevad mucho cuidado con vuestros animalitos y no hagais burradas con ellos.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Las tontunas humanas.

Veréis (sí, ya sé que tengo tendencia a empezar cada entrada con un veréis) yo hablo cuatro idiomas. Bueno, para no mentir hablaba cuatro idiomas, ahora hablo tres y chapurreo un poco de otros dos o tres.
Y hay una cosa que me encanta de cuando alguien te pregunta qué idiomas hablas y le dices pues mira, Español, Francés, Inglés e Italiano.

- ¿Y Alemán?

- No, en Alemán sé decir cuatro cosas.

- ¿Y Chino?

- No, no hablo Chino, ya te he dicho los idiomas que hablo y no he mencionado el Chino por ninguna parte.

- ¿Y Árabe?

Que no, coño. Vamos a ver, Español, Francés, Inglés e Italiano son Español, Francés, Inglés e Italiano, no son Chino ni Alemán ni Árabe ni Kazajo. Son los que son. Es como preguntarle a una persona cómo se llama

- María del Carmen.

- Y ¿te llamas también Cristina?

- No, Cristina no.

- ¿Y Marta?

- No, Marta tampoco, solo María del Carmen.

- ¿Y Alfonsa?

No hacemos eso, ¿verdad? Entonces por qué cuando digo que hablo tal, cual y pascual me preguntáis si hablo también Suomi, Chino Mandarín, Japonés y Alcobendés?
Al próximo que me lo pregunte le voy a contestar y tú ¿qué eres? Abogado, ¿no? Pero ¿no eres también Médico? ¿Y Periodista? ¿Y Mamporrero? ¿Y un poco tonto? Porque manda narices...

martes, 18 de octubre de 2011

Yo hoy me visto de rosa y el Viernes voy al ginecólogo, ¿y tú?

Hoy es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, si bien todavía nos queda mucho por avanzar en este sentido (por ejemplo como ya hacemos con el cáncer de vejiga que ya podemos poner la quimio localizada) esto llegará pero nada, nada, nada os salvará del cáncer más que la PREVENCIÓN y sobre todo un DIAGNÓSTICO PRECOZ. Esto es, como en cualquier tipo de cáncer, esencial.

Hace unos meses mi madre tenía molestias en el pecho. Un mes, dos más tarde habría sido cáncer.
Comienza el proceso: pruebas, cirugía, tal vez quimio, pruebas, más pruebas. Pero es una batalla ganable, sólo tenemos que asegurarnos de hacernos al menos una revisión anual y de ir corriendo al médico al menor síntoma. Tenemos que pedirle a nuestro médico que nos enseñe cómo auto-explorarnos el pecho y hacerlo nosotras mismas con regularidad.
Vale a que esta revisión le acompaña un espatarramiento en el potro que a nadie le agrada y un sobo intensivo de tetilla que siempre es mejor que provenga de tu pareja pero hay que hacerlo, sin pereza, porque nos va la vida en ello. Una citología, una cita con el ginecólogo nunca son agradables (no nos engañemos, eso de los ginecólogos buenorros sólo pasa en Sexo en Nueva York) pero menos agradable es una mastectomía, una reconstrucción, una quimio. Eso sí que es desagradable por no decir un marrón.
Así que chicas, concienciaos porque os va la vida en ello. Y arrastrad de los pelos a esas amigas y familiares perezosas, ¡que no se libren!, una visita de control puede marcar la diferencia entre un susto y un cáncer.

Y para todas aquellas chicas y señoras que ahora mismo estáis luchando contra este monstruo: ¡¡¡ánimo!!! Son sólo unos malos meses pero el pecho se reconstruye y queda impecable, nadie tiene por qué saber que os han operado, las cicatrices se irán y a la vista y al tacto os quedará un pecho precioso, por eso no os preocupéis.
Ante todo no perdáis las ganas de vivir y de luchar y tened claro que este cáncer es curable, que algún día sólo será un mal recuerdo: es posible sobrevivir a un cáncer.
Habrá días mejores y peores, la quimio puede no afectarte o sentarte fatal pero es algo transitorio, tiene fecha de término, no es para siempre.
Sobreviviréis, no quedarán secuelas físicas, no os dejéis llevar por el desánimo o la desesperación y seguid adelante. Que un momento bajo, una lágrima, una contrariedad, una mala reacción al tratamiento no os desalienten, ¡seguid luchando, habrá recompensa!

En este día un recuerdo especial para todas las mujeres que desgraciadamente han fallido por culpa de este cáncer y por las que están luchando con uñas y dientes contra él y algún día no muy lejano lo superarán.
Y como no, para todas aquellas de nosotras que gracias al cielo no lo tenemos pero podemos desarrollarlo en cualquier momento, por lo que tenemos que ser responsables y hacernos controles periodicamente.

¡Ánimo mujeres del mundo, a comernos el cáncer con patatas!

domingo, 16 de octubre de 2011

Se nos marcha otra..

... Una de las grandes.

No llevo mucho tiempo en esto pero entre la práctica hospitalaria y la experiencia personal, he visto ya a bastante gente morir de cáncer.
Para muchos ha sido una batalla larga y dura, y no la gana tanto el cáncer como el agotamiento.
Esta vez ha sido rápido, fulminante. Cuatro meses. Sesenta y cuatro años, cumpliría sesenta y cinco el mes que viene.
Todo es cáncer hoy en día, hablas con unos y con otras y tarde o temprano por algún lado sale. Desde Enero nos juntamos con cuatro personas cercanas luchando contra él.

Dos fueron diagnosticados en estadio IV, cuando ya hay metástasis y poco o nada que hacer.
Uno de ellos parece tener esperanza, ha respondido a la quimio y ahora se puede operar.
El otro no. La señora no ha soportado la quimio y no ha habido nada que hacer. Se ha despedido hoy de mi madre, ahora mismo.

Mirad, yo sé y lo sé por partida doble, que uno no puede ir al médico por cualquier dolor o molestia. Pero si uno se pasa seis meses con dolores, malestar, fiebre, cansancio y comienza a perder peso, hay que ir corriendo al médico, no puede uno dormirse en los laureles porque esta enfermedad no corre, vuela. Y si dejamos pasar un mes de más, ya no se puede hacer nada.
No seáis perezosos ni borregos, si algo no va bien, id al médico, explicádselo todo, los sintomas, cuando empezaron, cuanto llevan durando, qué antecedentes familiares tenéis.
Uno puede pensar no es nada, se pasará durante un par de días. Yo le doy una semana. Al cabo de una semana cojo hora y voy al médico y si no me mandan lo que considero que me deberían de mandar, pago a un médico privado y le pido que me saque los Marcadores Tumorales en unos análisis.
No se juega con esto, todos tenemos antecedentes en nuestra familia (en la mía en concreto los tengo por todos lados y no pocos) y no sabemos cómo ni cuándo puede caernos el zambombazo en la cabeza.
Así que por favor, chicas, señoras, revisiones ginecológicas cada año, señoras y señores, señoritas y caballeros, un chequeo al año, no hacer pereza a la hora de ir a hacerse unos análisis, siempre duele menos que te pinchen para sacarte sangre que que te pinchen para ponerte la quimio.
Concienciaos de que el cáncer es el monstruo (o más bien uno de tantos) de nuestro tiempo, de que si se coge en sus inicios es tratable y superable, de que siempre pensamos que no nos pasará a nosotros pero nosotros no somos inmortales ni inmunes, que le puede pasar a cualquiera, no sabéis cuantísima gente jóven lucha contra el cáncer en este momento en el que escribo. Más de la que podéis imaginar.

Y si ocurre lo peor no os desmoronéis: el cáncer hoy en día es tratable y curable pero requiere por parte del paciente mucha entrega, un estado anímico óptimo y sobre todo muchas, muchísimas ganas de vivir y salir adelante. Hay que engancharse a la vida con uñas y dientes y no dejarse llevar.
Habrá días mejores y días peores, días en los que os cansaréis de luchar pero que sólo sea un día, un momento, que unas lágrimas lo alivien y se lo lleven y sigáis adelante. Además no estáis solos, tenéis muchas razones para vivir y luchar: vuestra familia, vuestros amigos, vuestra pareja, vosotros mismos... y por último también por vuestro médico y por el personal que os trata, que no sabéis con cuánto cariño lo hacemos y cómo deseamos que seáis fuertes y salgáis del hospital por vuestro propio pie, que un día al cabo de los meses volváis a vernos y nos digáis que estáis en proceso de remisión. Nosotros os ayudaremos en todo lo que podamos y estaremos a vuestro lado. Personal sanitario, familia y amigos haremos una piña con vosotros para que todo vaya bien. Así que no os dejéis llevar porque entre todos os vamos a sujetar muy fuerte.

Conchi cariño, qué burra has sido siempre. Hace poco hablamos, ¿cómo está la máh guapa de tor pueblo? M'ha disho la Mamá que tiés novio y qu' es mu guapo, eso tá muy bien porque eh lo que te mereces pero tú no te comah la cabeza por nadie reina, tú a salí, a entrá, a follá y a dihfrutá to lo que puedah que ereh jóven y tiés el mundo a tuh pieh y la vida por delante.

Yo siempre te preguntaba cuánto pesabas, cuándo vendrías a vernos. Nos decías que con la pierna no lo tenías fácil y yo te decía que nos apañaríamos, que eso no era problema.
Y qué guapa. Con su piel lisa, blanca, tan tersa, el pelo tan negro, los ojos tan vivos. Tan buena, Conchi.

Joder mira Conchita, me cabrea que te vayas. Porque no has tenido una vida fácil pero siempre has sido buena, alegre, cariñosa. Te merecías algo mejor, pasar con Luis vuestros últimos años tranquilos, los dos solitos sin nadie que os incordiase.
Y viéndonos en verano. Esto sé que es culpa mía, que siempre pensaba que tenía tiempo, que la próxima vez iría a la cena y nos veríamos. Iré con mi novio el año que viene para que lo conozcas. Pero nunca fui porque nunca pensé que te marcharías tan pronto. Supongo que ese es el defecto de la gente jóven, pensar que siempre nos queda tiempo.

Espero que te vayas tranquilita, que no te duela y no sufras, que allá donde vayas estés como una reina, que estés bien. La pierna ya no te dolerá ni será un handicap, no tendrás que preocuparte por lo que comes y te lo vas a pasar pipa allí arriba, sentadita encima de una nube comiendo turrón, chocolate y de todo lo que quieras, viendo las burradas que hacemos los de abajo, te vas a reír como una loca, lo veo venir.

Hace años que no te veo Conchi pero no sabes cuánto me fastidia y cuánta pena me da que te vayas. Te daría una torta bien dada ahora mismo si pudiera, por no haberte cuidado más, por no haber ido al médico antes, jodía, que mira que te costaba arrancar a cualquier sitio.
Hace años que no te veo pero te tengo un cariño enorme.

No me olvidaré de ti, Conchita. Buen viaje, cariño. Te vamos a echar mucho, mucho de menos.

sábado, 15 de octubre de 2011

Princesas.

Hay un día, ya verás, un día que es la hostia. Ese día todo es bueno. Ves a la gente que quieres ver, comes la comida que más te gusta y todo lo que te pasa ese día es todo lo que tú quieres que te pase.
Si pones la radio, la música que sale es tu canción favorita. Si vas a la tele ese día, por ejemplo a un concurso, lo ganas todo: el dinero, los viajes, todo.
Pasa sólo una vez en la vida, por eso hay que estar muy atenta, no vaya a ser que se te pase.
Es como un desvío. Como cuando vas por la carretera y hay un desvío hacia otro sitio pero a lo mejor vas hablando por el móvil o estás discutiendo o pensando en lo que sea y no te das cuenta y se te pasa, y te jodiste porque no puedes volver atrás.
Pues ese día es lo mismo: un desvío. Y es muy importante porque puedes elegir por dónde va a ir todo, por ese camino que es nuevo o no.
Por eso tenemos que estar muy atentas Zule, muy atentas. Porque hay muy pocas cosas buenas y si encima se te pasan porque estás hablando por el móvil o pensando en otra cosa, sería una mierda. Una mierda completa.

Yo no sé si es que ese día que es la hostia a mí no me ha llegado aún o estaba peleándome por el móvil con alguien mientras pasó. El caso es que nunca gano nada, nunca ponen mi canción favorita en la radio y nunca me pasa todo lo que yo quiero que me pase.
Y estoy atenta, ¿eh?, vaya que si estoy atenta. Pero no llega. Y yo me canso de esperar porque empiezo a pensar que ese día no existe, que Caye se lo inventó para Zule pero que no es real y ella lo sabía: es sólo una esperanza. Y de esperanza también se vive pero algo más ha de haber, digo yo.

Yo señales he tenido muchas pero creo que con ellas no me llega y necesito más. Necesito ese día, ese momento, ese microsegundo en el que todo es perfecto y es como quieres que sea.

A veces ese microsegundo se da, ayer por la noche tuve varios de ellos. Pero siempre hay algo que podría ser mejorable. La pregunta es ¿mejor conformarse con lo que tienes, no pensar en que podría ser mejor? ¿O creer que aún hay cosas que pueden ser mejores e ir a por ellas, cueste lo que cueste? ¿Justifica el fin los medios?

Yo no lo sé. Yo sólo sé que espero ese día, lo espero, lo espero, lo espero y nunca llega. Y no sé si cogerme un avión a Colombia y volver allí con mi hijo y su camión rojo y blanco y con mi familia. Si irme con mi hijo y con mi familia, a morir.

viernes, 14 de octubre de 2011

El contenido del silencio - review-.

A parte de porque se lo propuse a la autora, Lucía Etxebarria, no me preguntéis por qué pero sabía que de este libro iba a tener ganas de hablar incluso antes de leerlo.
Esto no es una novedad, yo he leído todos los libros de Lucía, algunos incluso varias veces, de muchos tengo cosas subrayadas, me sé pasajes de memoria. El título de este blog no es casual, y el nombre bajo el que escribo, tampoco, ya lo sabéis.
Yo solía tener una amiga que vivía en otra ciudad y por las noches nos llamábamos y nos leíamos o releíamos los libros de Lucía, que tenían el mismo poder de engancharnos a las dos y a muy pocas, por no decir a ninguna, del resto de mis amigas. Eso de las drogas, la homosexualidad, el lado oscuro de la gente no era algo que a ellas les atrajese en lo más mínimo, encontraban a los chicos vestidos de marca y bañados en gomina y perfume a partes iguales, a discotecas tipo Pachá o But y a Raúl y Carlos Baute muchísimo más interesantes.

Mi madre y la madre de Lucía tenían amigas en común, de modo que no sé cómo libros de Lucía empezaron a adornar las manos de mi madre igual que el resto de sus sortijas, supongo que fue fruto de una casualidad.
De ahí pasaban a estanterías. Y de las estanterías, a mis manos, aunque yo era muy joven tal vez para leerlos.
El caso es que mis padres siempre han intentado que yo pasase más tiempo entre libros que plantada delante de la tele y nunca les ha importado lo que leyese mientras hiciese eso: leer. Nadie me dijo nunca no leas eso que no es para gente de tu edad, que no lo vas a entender. Y yo me enganchaba el libro y me lo comía a bocados.

En realidad mentí cuando dije que Lucía y yo no nos conocíamos. Yo a Lucía sí la conozco. Me atrajeron siempre de ella cosas que me eran propias, por eso me reconocía en sus libros y cuando la conocí, en ella.
Para conocer y leer a Lucía hay que hacerlo con la mente muy abierta y saber que con ella las casualidades no existen, sólo las causalidades.
A Lucía o a su obra hay que asomarse con cuidado, sabiendo que te van a enganchar, a estrujar, a volver de un lado y del otro, no hay que esperar nada de ellas, como dice la canción, je dois juste essayer de lui appartenir.

Ahora que ya sabéis como y por qué empezó mi historia de amor con ella, pasemos a su nuevo libro.
El contenido del silencio (no encuentro la herramienta de subrayado aquí) es un libro que te atrapa y aunque ya os he dicho que a Lucía hay que leerla con la mente abierta, en este caso eso es particularmente necesario.
Si no sabes nada de ella ni de su obra, ve a tu librería, cómpralo y léelo. Luego me lo cuentas.
Si la conoces o si no eres muy torpe o tienes las ideas muy cuadradas, podrás ver por dónde van los tiros.
Se dice que no es el típico libro de Lucía Etxebarria pero es mentira. Es Lucía en toda su esencia, creo que al menos en la esencia de la mujer que es ahora, lejos de los suburbios y la noche de Madrid, de las drogas, Beatriz, el Prozac, las historias de amor como otras cualesquiera etc. Pero es ella. Está ahí.
Ahí en el amor autodestructivo, ahí en las dudas, en los paisajes, en Joy Division, en el deseo, en las decisiones que tomar, en las catársis de los personajes. Ahí está ella como siempre ha estado: contándote cosas que tú puedes haber vivo, describiéndote sentimientos y sensaciones que no necesariamente has conocido. Pero si los has sufrido, si ya has leido a Lucía, ahí siguen estando, entre tus manos.

No quiero destriparle el libro a nadie y creo que si intentase contaros de qué va lo haría.
La desaparición de una chica, varios amores, historias que forman un puzzle, miedo, dolor, desgarro. Un proceso de búsqueda: la búsqueda de una persona, de uno mismo, de un destino que no duela ni asfixie, un viaje hacia el exterior y el interior. Encuentros y desencuentros. Sorpresas.
No es un libro difícil de leer ni de enganchar. Quieres saber más, no puedes irte a dormir sin saber a dónde te llevan las investigaciones, los secretos a medio desvelar, los viajes. No esperes sentarte a leer un ratito mientras haces tiempo porque llegarás tarde, la intriga y el suspense no te dejarán moverte.
Es ágil, dinámico, suave, curioso. Y hasta que no encuentras lo que tú también estás buscando a la par que los personajes, no descansas. Te conviertes en Gabriel y en Helena y quieres encontrar lo mismo que ellos buscan.
Y te aseguro que te identificarás en Gabriel, en sus dudas, su rutina, su ahogo, su necesidad de explotar.
Y como seas un poco raro, como es mi caso, también te reconocerás en Cordelia, en su necesidad de amor, de respuestas, en el ansia de ser diferente, en la capacidad para creer en lo inverosímil y para amar de formas que escapan a la razón humana.
Y por último pero no menos importante, puedes encontrarte en Virgilio, tal vez y como me ocurrió a mí de forma muy diferente, pero si has sido presa de algo o alguien alguna vez lo que este personaje te contará lo reconocerás a la perfección: el amor que exige, que aliena, que no cede, que no otorga, que encierra, que enloquece, droga, enferma, deshumaniza y secuestra.
Seas como seas encontrarás un personaje con el que identificarte y se dice que una de las claves para enganchar al lector y llevarlo hasta el final sin perderlo por el camino es el reconocimiento: que el lector se vea reflejado en alguna parte del libro. Por ese motivo y por lo apasionante del libro sé que lo acabarás y que al acabarlo, te habrá gustado leerlo.

Amor, suspense, pistas, aventuras, secretos, paisajes y ese torrente de sentimientos y anhelos que a Lucía se le da tan bien transmitir: ¿qué más puedes pedirle a un libro? Bueno sí, que te lo dedique Lucía, pero de eso ya hablaremos más adelante.
De momento Sumérgete en El contenido del silencio si buscas algo interesante que leer, un libro que no te deje indiferente, que te atrape y te apasione. Y luego, por supuesto, vuelve aquí y cuéntame qué te ha parecido. O no, no lo hagas, lo que tú prefieras. Pero no dejes de intentar saber cuál es El contenido del silencio.



PD: Si esperabais otra cosa de la review de un libro, I'm sorry, so sorry, pero no sé muy bien cómo se hace tal cosa y menos con libro del que por poco que cuentes ya has desvelado la mitad. En realidad os aconsejo no buscar reviews de este libro porque pueden contener spoilers, simplemente sin más dilación, hay que leerlo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Amalgama de pasado y futuro: Marlboro.

Yo que siempre estoy dándole vueltas a la cabeza, de vez en cuando hago las preguntas aparentemente más estúpidas del mundo. El caso es que si mi interlocutor se parase a reflexionar, vería que no son tan descabelladas sino más bien de vital importancia.

Mi novio y yo somos la noche y el día. Él vigila lo que come, yo si tengo que hacer guardia dejo de vigilar para comer.
Él va al gimnasio a hacer deporte. Yo no paso ni por delante de un gimnasio porque hasta los abdominales de musculosos hombres bañados en sudor, si es en ese edificio, me dan pereza.
Le encanta viajar. Yo por no viajar le desencanto.
No sabe vivir sin ropa de marca. Yo sin trapos a 3€ de Primark, me muero.
No le gusta que me maquille, dice que estoy más guapa sim pintar. Yo no me gusto sin maquillar, le digo que yo si tengo que ingresar por Urgencias en un hospital, ingreso pero después de un poquito de chapa y pintura.
Me prefería con el pelo corto. Yo sin el pelo largo no me reconozco.
Lee muy despacio. A mí no me des a leer algo esperando a que me dure porque como me interese o me guste me dura menos que un trozo de tarta.
Habla Alemán. Yo lo más parecido que tengo a algo Alemán es a él. Pero hablo tres idiomas que él no habla. Él habla Alemán sí, y otro idioma que me esfuerzo en aprender pero en el que al estar lejos de su tierra es difícil mejorar.
No sabe quedarse en casa. Yo no sé levantar el ancla del sofá, he echado raíces aquí y eso ya ha causado que se levante el suelo, imagínate que me da por levantarme y sacar las raíces de ahí, la que se puede liar.
Él no fuma ni muerto. Yo si no fumo me muero.
Odia la comida basura. Yo le odio a él porque nunca me deja comerla y la adoro.

También tenemos cosas en común, claro. La Coca-Cola, los gatos, la música... esto... eh... bueno eso, que tenemos muchas cosas en común, ahora mismo no me viene ninguna a la mente porque estoy cansada pero vamos, que haberlas, igual que las meigas, haylas.

En cambio él, por lo poco que sabe de mi ex, cree que me parezco a él. Porque fumo.
Y claro, me lo dice una vez y me da igual, me lo dice cien y ya me crispa un poco, me dan ganas de llamar a mi ex, sentarnos los tres y buscar, en lugar de las diferencias, los parecidos, a ver en qué me parezco yo a... eso.

- Es que no quiero que tengas los vicios en los que él te metió.

Aquí discrepamos porque yo le digo que me metí sola en dichos vicios pero él insiste en que fue por mi ex, tú me contaste cómo empezaste a fumar y tal y cual.
Chico, ya te preocupa a ti mi ex más que a mí porque yo de semejantes cosas no me acuerdo.

Y ahí ya me quedo alucinada: ¡no me acuerdo! Oye, yo que creía que iba a tener toda aquella sarta de recuerdos innecesarios en mi memoria por los siglos de los siglos y resulta que mi novio me cuenta cosas que yo le conté en su día y de las que ya no me acuerdo.

- ¿No te acuerdas de que me dijiste tal y cual cosa?

- No.

- ¡Me lo contaste!

- A ver, eso pasó y fue así, sí. Y si lo sabes obviamente ha de ser porque te lo he contado yo porque no creo que te hayas ido de copas con mi ex y te lo haya contado él en plan buen rollo entre Vodka y Vodka, puro y puro, señorita y señorita. Pero vamos, que yo no lo recuerdo con tanto detalle como tú me dices y desde luego ni me acuerdo de habértelo contado.

- ¿Y entonces cómo lo recuerdas?

- Pues yo qué sé, sé que fuimos a tal sitio y discutimos, fin. Ni me acuerdo del por qué, ni del cómo, ni de lo que me dijo, ni de lo que no-cenamos, ni de lo que llevábamos puesto ni de nada. Fuimos, me montó un Cristo y punto, hasta ahí todo mi recuerdo.

Yo no sé si mi novio me cree, me mira un poco como si quisiese creerme, que es distinto a hacerlo, o como si le diese igual y no fuese a detenerse en el hecho de que él cree que le miento. Y cambia de tema.

- El caso es que no quiero que tengas los vicios que cogiste de él.

Y yo lo entiendo, claro. Bastante gusto me daba a mí que mi ex se jugase el dinero de la familia en el casino a la mínima de cambio como cuando su ex le había dejado, que se fundió hasta los calcetines. Vamos, me daba un gusto tremendo. O que me llevase a los mismos sitios que a ella y me sentase en la misma mesa y me rememorase todo lo que en aquél mismo y preciso lugar ella le había hecho, que le faltaba pedirme que me vistiese igual que ella había ido vestida aquél día.

Y como lo entiendo pues yo hay ciertas cosas que intento cambiar, que con mi ex tomaba Valium y ahora tomo Valeriana o que a mi ex lo daba por perdido y con él no me rindo ni aunque me esté muriendo. Que en mi ex no confiaba ni un poco y por mi novio pongo la mano, los pies, todos mis miembros, extremidades y órganos en el fuego.

Porque yo amo a mi novio con la serena y meridiana claridad que otorga a toro pasado el más profundo de los sufrimientos, porque mi novio me pide que salte y yo voy dando volteretas aunque sepa que siendo torpe como soy, me puedo descangajar en cualquier momento. Que si mi novio me necesita despliego mis alas y voy volando, que si le hacen algo me llevo a quien sea por delante, que si lo destinan a Siberia allá que voy con el colchón por abrigo, que si él me besa yo me tiro sobre él como si no hubiera mañana y lo abrazo tan fuerte que lo ahogo o le rompo las gafas.
Que si mi novio guarda algo de su ex, dependiendo de lo que sea, me da un ataque de histeria que tiemblan los cimientos de la casa.

Así que si mi novio me pide que no guarde nada de mi ex, pues tendré que dejar de fumar.
Porque entre otras cosas estoy intentando empezar a limpiar mi cuerpo para el día en que nos pongamos a tener un bebé y con mi ex eso jamás de los jamases habría sucedido. Y de ser así, habría dejado a mi hijo huérfano porque me habría muerto de tener que soportar a su padre. Y como de mi ex no quiero ni lo más mínimo, no pienso dejar huérfanos a mis hijos por un cáncer de pulmón, aunque el padre de mis hijos y mis hijos no sean los mismos, a Dios gracias.
De modo que le doy otra vuelta de tuerca a la historia y decido que si es por mi novio, si es por no mantener nada de mi ex, más tarde o más temprano, me cueste más o me cueste menos, tengo que dejar de fumar.

Y no se hable más. Que si el amor ha sido capaz de mover montañas, digo yo que un triste cartón de tabaco a la basura también será capaz de moverlo. Espero.

... Pero por si acaso voy a buscar el susodicho cartón y a cambiar la bolsa de la basura, no sea que me toque llevarlo a mí. Y eso ya lo veo un poco más difícil.